Walkers
La historia de Walkers comienza en 1898 cuando Joseph Walker abrió las puertas de su propia panadería con un préstamo de 50 libras y la ambición de hornear 'El mejor pastel del mundo'.
Para 1936, habían conseguido ampliar el negocio con una gama de pasteles, una selección de confitería y la primera furgoneta de reparto de la compañía.
El espíritu de tradición era tal que aún cuando algunos fabricantes empezaron a reducir el consumo de margarina en lugar de mantequilla, Joseph creía que la gente aún apreciaba el cuidado que se le daba al hacer un producto superior, por lo que decidió mantener la receta original que, incluso, sus hijos mantuvieron y han mantenido durante todo este tiempo. Una receta sencilla y simple que consta de solo cuatro ingredientes: harina, azúcar, sal y esa pura mantequilla cremosa.
Hoy en día, como hace cien años, Walkers prueba cada producto nuevo en la tienda de Aberlour's village. Aunque sus clientes se encuentran en todo el mundo, los aldeanos de Aberlour son los primeros en probar los productos y dar su aprobación. De esa manera se aseguran de que cada pastel y galleta ofrece un sabor real de Escocia.
Han pasado muchas desde que Joseph Walker hizo su primer lote de galletas hace más de un siglo. Pero los nietos y bisnietos de Joseph siempre se han mantenido fieles a ese ideal original: hornear 'El mejor dulce del mundo'.