Liquides Imaginaires: Blanche Bête Perfume

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Preorder formato 50ml, pídelo ahora, lo enviamos a partir del 29/4.

Blanche Bête de Liquides Imaginaires, es un susurro blanco entre los árboles. Una criatura mágica que no necesita mostrarse para que sientas su presencia. El perfume que llevaría un unicornio si se paseara por un bosque encantado al amanecer. O tú, cuando te apetece envolverte en algo etéreo, suave y absolutamente inolvidable.

Es puro algodón perfumado. Es piel calentita al sol. Es una caricia de vainilla, flores blancas y almizcle que no tiene prisa. Pero cuidado: bajo tanta ternura se esconde un magnetismo inesperado. De esos que hacen que alguien gire la cabeza solo para preguntarse… ¿a qué huele eso tan delicioso?

¿A qué huele?

Salida: leche templada, almizcle ambreta y un aire limpio que parece de otro mundo.
Corazón: nardos y jazmín en su punto justo, con una pincelada de incienso que flota como un pensamiento bonito.
Fondo: vainilla, haba tonka y un susurro de cacao que queda en la memoria.
Familia: floral, almizclada, con una sensualidad que se construye en silencio.

Este producto no admite cambios ni devoluciones.

Esta es una foto de Liquides Imaginaires.

Frasco de 50ml o de 100ml de puro hechizo.
En un frasco que parece traído de otro tiempo (y quizá lo sea).
Aplícalo cuando quieras sentirte especial, diferente, suave por fuera y poderosa por dentro. Cuello, muñecas, clavículas… y que empiece la magia.

Este producto no admite cambios ni devoluciones.

Blanche Bête te envuelve como una nube buena. Huele a limpio, a piel, a sueño bonito que sí se cumple. No invade, pero deja huella. Como tú. Es la fragancia perfecta si quieres algo cremoso, floral, distinto… que no se parezca a nada más.

Alcohol denat, fragrance (parfum), water (aqua), benzyl salicylate, d—limonene
farnesol, alpha—isomethyl ionone, linalool, geraniol, benzyl alcohol, citronellol, benzyl benzoate, isoeugenol.

Liquides Imaginaires es el lugar donde los perfumes no solo huelen… cuentan cosas. Hay perfumes que te gustan. Hay perfumes que te representan.
Y luego están los de Liquides Imaginaires: perfumes que te transportan, te transforman, y te cuentan una historia distinta cada vez que los llevas.

Esta casa francesa no nació para seguir modas, sino para volver al principio de todo: al origen sagrado del perfume. A ese momento mágico donde el humo subía al cielo en forma de ofrenda, y los aromas eran puentes entre el cuerpo y el alma. Philippe di Méo, su creador, no es solo un perfumista. Es un narrador de mundos invisibles. Antes de nacer un perfume, nace una historia. Una emoción. Un mito. Y sobre eso se construye todo lo demás.

Sus frascos, por ejemplo, no son simples frascos: son pequeñas ánforas contemporáneas inspiradas en las que usaban los egipcios para guardar sus elixires más sagrados. La tapa es una promesa de viaje, un talismán, un guiño al pasado y una invitación al misterio.

Y sus perfumes… ay, sus perfumes. Son intensos, llenos de matices y contrastes. Como el amor. Como la vida. Están divididos en trilogías —porque nada aquí es al azar— y cada una tiene su propio universo: lo sagrado, lo carnal, lo onírico, lo que no se ve pero se siente. El símbolo de la marca, esa especie de M mágica, es en realidad una llave. Una que abre la puerta a un mundo lleno de aromas, emociones y cosas que no sabías que podías oler hasta que las oliste.

Liquides Imaginaires no es para cualquiera. Es para los que buscan más allá de lo evidente. Para quienes entienden que un perfume puede ser también un ritual, un escudo, una caricia o un recuerdo escondido. Un advertencia: una vez entras en su mundo… ya no hay vuelta atrás.